martes, 5 de enero de 2010

Día de becadas con la camara

Estas son fotos sacadas en una jornada de este pasado mes de noviembre. Ya había cazado en esa misma zona en días precedentes y había encontrado y matado alguna becada en algunos enclaves concretos que son muy querenciosos en esas fechas. Esto tampoco es que supusiese ninguna garantía, ya que aunque estaban siendo días de movimiento nunca sabes si verás alguna. Pero debido a que el día se presentaba bastante seco decidí llevar la cámara de fotos en lugar de la escopeta, para intentar conseguir algunas instantáneas de las muestras y el trabajo de los perros, que si estoy cazando son dificíles de obtener. Y hubo suerte (no todas las veces que hago esto y llevo la cámara pasa lo mismo), conseguí encontrar algunas becadas, con las que pudimos disfrutar de varias muestras. Este día me acompañaban Vuelo, Sherry y Darky. Dividí la jornada en diferentes zonas, moviéndome con la furgoneta de unos puntos a otros según me conviniese.
El primero en salir fue Vuelo ya que al ser de los tres a día de hoy el que más terreno abarca lo saqué el primero en la zona alta para tomarle el pulso al día. Tras poco más de cuarenta minutos puso una en una en una zona muy bonita de robles con algunos acebos. Cuando me acerqué un poco y al no sentirla volar le mandé guiar y la bloqueó pocos metros más adelante.




Saqué alguna foto más y en cuanto volví a intentar acercarme, rocé con la espalda uno de los acebos y voló.
No le costó mucho al perro volver a encontrarla ya que no se había ido muy lejos. La volvió a poner pero en cuanto llegué salió enseguida. Intenté volver a encontrarla pero por la dirección que tomo puede que pasase a la ladera de enfrente y quería dejar aquello para otro perro que sacase más tarde e iría hasta allí con la furgoneta, de manera que seguí dándole la vuelta a la zona en la que estaba para ir volviendo a la furgo por el otro lado. En este trayecto encontró otra en un pinar, en un claro junto al borde. Era un lugar típico en un día como ese. La puso de muy lejos y con esta pude sacar algunas fotos muy guapas, aunque la becada no aguantó mucho y en cuanto
Vuelo me sintió cercase y se movió un metro para fijarla un poco mejor se voló. Seguí un poco más sin volver a verla y llegué a la furgoneta, guardé a Vuelo y avancé unos tres km por la misma pista hasta otro punto del que salir.
Como la cosa había ido muy bien decidí sacar a Darky que con año y pico se está mostrando como una perra super precoz, y como se ha ganado con hechos mi confianza la saqué sola. Se veía que había algunas becadas y Darky como siempre no me defraudó. Solo encontré una con ella, pero fue precioso y tuve la fortuna de poder captarlo aunque sea en fotos. Localizó una en un sucio de zarzas y acebo. Y fue muy bonito ver como una perra que no llega al año y medio aguantaba estoicamente la muestra ante una becada que se le corría por delante del morro prácticamente. La tenía a metro y medio moviendose sigilosamente sobre la hojarasca y la perra la iba mirando y acompañano con el suave giro de la cabeza pero sin moverse nada en el sitio. Para una bretona de esa edad y tan carnicera como os aseguro que es, me encantó poder apreciarlo. Son pequeños detalles que cuando tenemos la escopeta en la mano, y debido a que estamos centrados en otras cosas a veces se nos escapan. Tras salir volando la becada salió la perra detrás como un cohete, de hecho la volvió a encontrar en cinco minutos, pero sospecho que o se le voló enseguida o la atropelló, porque sentí el lance pero ni vi lo que ocurrió ni el beeper sonó. Contento aún y todo seguí un rato más hasta volver a llegar de nuevo a la furgo. Almorcé un poco y cambié de monte para dar la zona en la que creía que había ido una de las que vi con Vuelo. Aún me quedaba toda la tarde.
Este tercer turno era por supuesto para Sherry aunque luego me arrepentí de no haber llevado también a Darky y haberle dado alguna oportunidad más. Este monte al igual que el otro combina zonas de roble con pinares y algunas alercias, y ambos están muy bien orientados para esos días en que hay entrada. Con Sherry localicé dos creo que diferentes aunque una podía ser la encontrada con Vuelo por la mañana. La primera la mostró en un pinar, junto a una maraña de ramas de pino caídas y unas zarzas. Esta creo que no la volví a ver, ya que por la dirección tomada y la ubicación donde encontró la segunda no me cuadra. Esta última en el primer levante me dejó darle la vuelta entera a la perra y poder fotografiarla desde diferentes puntos, pero la segunda vez que sentí que la puso no me dió tiempo a llegar a la muestra porque Sherry rompió espontáneamente, guió un buen trozo y perdió la emanación. Ni yo se a donde fue ni la perra la volvió a encontrar. Pero bueno la verdad es que fue un día extraordinario, con multiples lances y situaciones que viví sin duda de manera diferente a cuando en la mano llevas la escopeta.